Saturday, March 23, 2013

JINETES NEGROS nos llevan al galope hacia la cuarta dimensión progresiva




HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.
Hoy es la ocasión de volver nuestros oídos al grupo argentino JINETES NEGROS y su más reciente obra “Tawa Sarira”, un disco que promete ser uno de los más llamativos del año dentro del círculo sudamericano. Y no es para menos, pues se trata de un trabajo que exuda musicalidad, elegancia y magnificencia en dosis tremendas. Este grupo no es nada novato: el quinteto actualmente conformado por Alex Yamashiro [bajo], Eduardo Penney [guitarras y coros], Marcelo Ezcurra [voz y guitarras], Octavio Stampalia [teclados y coros] y Ricardo Penney [batería] ya cuenta en su CV con tres discos de estudio anteriores: “Jinetes Negros”, “Chronos” y “Omniem”, de los años 200, 2001 y 2007, respectivamente. En varios pasajes de “Tawa Sarira”, la banda se hace acompañar por Carlos Flores (a los vientos), Daniela Quintero (a los coros) o Marcelo Marcellini (al bandoneón). Este disco grabado en 2012 y editado a inicios de 2013 por Viajero Inmóvil debe su título a la combinación de la palabra quechua para cuatro y el vocablo sánscrito para dimensión: su concepto general se centra en ángeles caídos, el drama de la trascendencia en oscuridad, la sensación de pérdida y el ansia de recuperación.


Flanqueado por dos cánticos homónimos (el ‘Intro’ y el ‘Outro’ de ‘Tawa Sarira’), el repertorio del disco se explaya en un colorido espléndido e intenso desde la misma tríada de ‘Juez De Los Malos’, ‘Corazón Y Naranjas’ y ‘Canción Del Océano’. La primera de estas canciones se arroja a las aguas de la calidez sin tapujos, exhibiendo un lirismo bien armado que establece un punto intermedio entre un sinfonismo sencillo y el folk-rock, mientras que la segunda insufla aires rockeros más definidos a un lirismo similar por lo demás. Por su parte, la tercera de estas canciones establece vías de complejidad estructural más sesudas, herederas de las tradiciones de YES, GENESIS y PABLO “EL ENTERRADOR”: las secuencias orquestales desarrolladas en los teclados de Stampalia llevan sobre sus hombros los momentos climáticos del núcleo temático, con lo cual tenemos ya un primer cénit de expresividad progresiva para “Tawa Sarira”. ‘Suene Tu Milagro’ traslada la fastuosidad de la canción precedente hacia un esquema de power-ballad sinfónica que, al estar signada por una emotividad contundente y envolvente, refleja fielmente las sensaciones de desolación a las que alude a letra (“Otra vez quedo abandonado / Otra vez no me quietes esta pobre oración”). ‘Shawarma’, en actitud contrastada con la pieza precedente, asume una sonoridad rockera estilizadamente bajo bien definidos parámetros de sinfonismo moderno (un poco en línea con sus compatriotas de WILLIAM GRAY); el impacto de las cadencias tribales en la sección introductoria es un curioso detalle. Por su parte, la dupla de ‘Amada Inmortal’ y ‘Luna De India’ ahonda en los colores melódicos y matices de los cuales ya ha hecho gala el grupo en temas como ‘Juez De Los Malos’ y ‘Corazón Y Naranjas’. Los esquemas sonoros que maneja la banda portan una dosis razonable de sofisticación progresiva en aras de explotar el gancho de las ideas melódicas en curso.


‘El Eterno Retorno’ nos devuelve al resplandor épico que antes encontramos en ‘Canción Del Océano’ pero con un vigor rockero más rotundo, exhibiendo desarrollos temáticos que vibran con espiritualidad fulgurosa tanto en los momentos rápidos como en los calmos. Aquí tenemos otro cénit del álbum, el mismo que hereda su energía a la canción siguiente ‘Esas Trampas’ y su magnificencia al subsiguiente instrumental ‘Las Cuatro Verdades’. Esta tríada permite a JINETES NEGROS mantener fresco el dinamismo sinfónico con solvencia y pulcritud mientras sigue trascurriendo el repertorio. ‘El Velo’ ocupa un lugar de oportuna serenidad, exhibiendo una ambientación más calmada, propia de un momento de reflexión. Durando poco más y poco menos de 7 minutos respectivamente, ‘Purgatorio’ y ‘A Los Ojos Bellos’ se erigen como las canciones más largas del álbum. La secuencia de estos dos temas recoge y sintetiza las más excelsas virtudes de lo que hemos venido escuchando del disco. ‘Purgatorio’ elabora una red de ceremoniosas musicalidades grisáceas reconstruidas con una serie de caleidoscópicos arreglos musicales: una mención especial debe ir para a las múltiples sábanas y tapices sónicas con que los teclados arman sus orquestaciones, solos y bases armónicas. ‘A Los Ojos Bellos’, por su parte, se focaliza en la vulnerabilidad emocional de una forma elegante, debidamente ornamentada de recovecos fastuosos propios de la esencia del rock sinfónico.



Simplemente brillante: así cabe describir el mérito artístico de “Tawa Sarira” si nos vemos obligados a usar una concisión absoluta. Este disco es un triunfo del rock progresivo sinfónico contemporáneo que la gente de JINETES NEGROS gestó para plácemes de nuestros oídos melómanos. ¡Recomendado!


Muestras de “Tawa Sarira”.-
El Eterno Retorno: http://www.youtube.com/watch?v=ykVxUnguOmE
Juez De Los Malos [en vivo]: http://www.youtube.com/watch?v=wO0bCRG9Fbw

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