Monday, September 08, 2014

Las nuevas oleadas jazz-progresivas de MORAINE


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

MORAINE vuelve a la carga bajo la permanente guía del genial guitarrista Dennis Rea, elaborando un nuevo disco excelente titulado “Groundswell”. Rea, quien además aporta intervenciones al mellotrón y efectos varios dentro del esquema sonoro de la remodelada alineación grupal, está acompañado por Alicia DeJoie [violín eléctrico], James DeJoie [saxo barítono, flauta, efectos], Kevin Millard [stick bass] y Tom Zgonc [batería]. Fiel a sus raíces jazz-progresivas de siempre mientras se mantiene al tanto de las vanguardias sonoras del momento, MORAINE es absolutamente capaz de generar implosiones de renovadora frescura dentro de una consistente esencia desde donde se enfoca la creatividad que tiene lugar. Así, “Groundswell” resulta un nuevo catálogo de exquisitas aventuras sónicas que dignifican enormemente a la escena progresiva contemporánea. El disco fue grabado en noviembre del 2013 en Seattle, lugar muy prolífico musicalmente de los EE.UU., y también sede residencial de los integrantes de MORAINE. El grupo se ha mantenido en un nivel intenso de actividad en los dos últimos años: además de grabar “Groundswell”, ha participado en varios festivales de vanguardia y de rock progresivo en diversas ciudades estadounidenses, además de la edición 2014 del Baja Prog en México. Para empezar, vaya nuestro agradecimiento a la gente de MoonJune Records por volver a producir y difundir la obra de este gran grupo, y ahora… concentrémonos en los detalles del repertorio de este disco, ¿vale?


Los primeros tres minutos y pico del álbum están ocupados por ‘Mustardseed’, un tema imponente que se caracteriza por una aureola de parsimoniosa densidad, sin duda, estableciendo abiertos coqueteos con el paradigma Crimsoniano 73-74. Luego, emergen sucesivamente ‘Skein’ y ‘Fountain Of Euthanasia’: el primero de estos temas, que se conecta con la línea de bandas como LED BIB y los siempre añorados BOUD DEUN, ostenta una agilidad sofisticada cuyas expansiones sonoras se sienten milimétricamente cuidadas; el segundo se caracteriza por un esquema de trabajo orquestal donde el núcleo temático se desarrolla delicadamente a través de sus variantes de ambiente, muy fiel al modelo preciosista del género progresivo en sí. ‘Gnashville’ es una pieza muy marchosa que rescata algo de la gracilidad de ‘Skein’ pero con un manejo más crudo de la extroversión que se va explayando: se trata de una manifestación “retorcida” de country-rock. Hay un momento de incandescente lucimiento del violín eléctrico, el cual propaga tensas llamas sonoras antes de que la guitarra disponga de su propia ocasión para el momentáneo protagonismo, pero sin duda, es el violín a cargo de sustentar el núcleo melódico del presente tema. Si es posible que exista algo así como un DIXIE DREGS Crimsonizado, pues la alquimia de MORAINE lo ha creado. ‘In That Distant Place’ se desplaza a territorios grisáceos arropados de una misteriosa aureola de calma espiritual en su mayor parte. El groove armado por la dupla rítmica es lo suficientemente sofisticada como para mantener el interés llamativo de este explayamiento reflexivo, y sobre todo, para impulsar finalmente un pasaje exultante cuya contundente musicalidad aporta un quiebre fenomenal para el clímax final. ‘Synecdoche’ es una nueva aventura de filuda extroversión con un cuerpo central en 7/8 y un intermedio electrizante que nos vuelve a recordar al estereotipo de unos BOUD DEUN, pero esta vez con un nervio psicodélico más notoriamente pronunciado. Con ‘The Earth Is An Atom’ gozamos de una idea melódica más cálida en el motivo central, pero igualmente el grupo se apoya en los ecos de la electrizante energía derrochada en la pieza precedente. Para este tema, es el saxo quien ocupa el rol protagónico en algunos pasajes donde predomina la intensidad expresionista, mientras que el violín se encarga de trazar el sendero de los momentos más contenidos. Y por supuesto, se puede contar con un fabuloso solo de Rea.


Las tres últimas piezas del disco son también las más extensas del mismo, durando cada una más de 7 minutos. ‘Waylaid’ se complace nuevamente en explorar sonoridades equitativamente fluidas y enérgicas a través de métricas inusuales y recursos experimentales inesperados. En un inicio, se puede definir como un híbrido de ‘Skein’ y ‘The Earth Is An Atom’, pero más adelante, bajo la pauta del violín, el grupo se pone a investigar en ambientes cósmicos deconstructivos que nos toman por sorpresa y nos llevan hacia estándares del krautrock sintetizado y el ruidismo. Para cuando vuelve a armarse un encuadre rítmico definido, las cosas no pueden ser las mismas; la sensación de tensión permanece pero ahora se transforma en arquitectura después de haber mostrado su faceta de etéreo flujo. ‘Spiritual Gatecrasher’, por su parte, establece un aura más relajada en base al esquema de trabajo cadencioso que instala la dupla rítmica; los efluvios sucesivos de la flauta y el violín ayudan enormemente a completar lo que parece ser un meticuloso retrato sonoro de un extraño ensueño otoñal. Los aires de familia con la sección mayoritaria de ‘In That Distant Place’ son evidentes, mas cabe hacer la acotación que en el caso de ‘Spiritual Gatecrasher’ disfrutamos de un lirismo más perfilado y una vibración melancólica más enfática. Finalmente, ‘The Okanogan Lobe’ ostenta una fastuosidad ceremoniosa donde Rea y sus socios elaboran climas envolventes con un inteligente manejo de la garra esencial del ensamble, cuya forma tan pulcramente integradora de actuar se centra en la esencia más “pura” del género progresivo. Aquellos parajes de incrementada intensidad operan eficazmente como motivadores del cuerpo central; y cómo no, la guitarra de Rea vuelve a lucirse en algún magnífico solo, insertado oportunamente para dejar que se expanda la ebullición climática de cierre.



Todo esto fue “Groundswell”, una auténtica oleada de aventuras musicales encapsuladas en un repertorio impresionante y sugerente, repleto de ingeniosos matices que se revelan y remodelan al oído del oyente con cada nueva escucha. MORAINE sigue afirmándose como una figura señera de la escena jazz-progresiva estadounidense: por tanto, merece ser mencionado en cualquier lista de lo mejor de la música progresiva del 2014.


Muestras de “Groundswell”.-

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