Wednesday, March 04, 2015

Las turbulencias progresivas de BACKHAND


HOLA, AMIGO DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos toca presentar al grupo BACKHAND, un ensamble de músicos venezolanos que hizo su entrada inaugural al mercado fonográfico con su disco “Through The Turbulence”. Formado en Caracas por la pléyade cuatripartita de Pablo Mendoza [guitarras], Adolfo Herrera [batería], Adrian Van Woerkom [teclados] y Oscar Fanega [bajo], se trata de un aquelarre de talentosos veteranos (todos ellos con sus propias formaciones eruditas, trayectorias musicales y misiones pedagógicas) unidos por la encantadora ilusión de hacer algo grande juntos. BACKHAND opera en su mayor parte como un grupo instrumental pero en algunas ocasiones aparece como quinto elemento el vocalista canadiense Phil Naro para añadir su canto. La línea de trabajo del grupo es, a la vez, diversa y bien focalizada: teniendo como núcleo recurrente la confluencia entre el sinfonismo estandarizado, el prog-metal y el jazz-rock de línea moderna, los músicos se sienten patentemente cómodos insertando también generosas dosis de recursos propios del rock duro melódico y el retro-prog que ocupa espacios tan grandes en la escena progresiva actual. La fábrica sonora restringe razonablemente sus tendencias ambiciosas cuando Naro entra a tallar, pero ciertamente su presencia no implica un estorbo sino una variante interesante dentro del repertorio integral. Como resultado de tres años de sesuda labor, “Through The Turbulence” se convirtió en una realidad concreta en el año 2014, a través del sello Melodic Revolution Records.


Ocupando un espacio de poco más de 11 minutos, ‘Introspektion’ abre el repertorio con variados recursos de solemnidad pesada, grooves jazzeros juguetones y dinámicas coloridas propias de la tradición sinfónica (YES, EMERSON, LAKE & PALMER). El bloque general de la arquitectura multi-temática se enriquece a mitad de camino cuando se organiza un motif blues-rockero muy en línea con la leyenda de GARY MOORE a partir de un preludio plácido y sereno: nada de introspectivo ha tenido esta electrizante y diversa proyección musical. Más adelante nos llegan dos temas cantados titulados ‘Hold The Light’ y ‘The Big Red Wall’, respectivamente: ambos se centran en el estándar del rock pesado melódico sazonado con oportunos arreglos progresivos de teclado y manejos inteligentes de síncopas en la armazón rítmica. En medio de ellos se sitúa ‘Spider Riff’, una pieza marcada por exploraciones en la faceta más sutil de la banda: aquí encontramos recursos de psicodelia etérea en medio del boato melódico que nos dejan los diferentes motivos que se van sucediendo. ‘Hardwood’ es un tema cálido, con predominio del factor jazzero, muy a tono con los legados de HERBIE HANCOCK y JAN HAMMER, pero siempre guardando una vibración rockera en el trasfondo para concretar un punche afín al que usualmente encontramos en el jazz-prog contemporáneo. Las canciones sexta y séptima son las dos partes de ‘A Million People Crying’: la primera parte se arma dentro de un esquema de power ballad, no muy lejano al JOURNEY de la época de Steve Perry, mientras que la segunda consiste en un jam jazz-rockero donde el bloque instrumental se enfila a darle un boato renovador a la base armónica de la primera parte. Nero realiza aquí una de sus mejores labores vocales.


‘Tears From The Sea’ nos abre la veta melancólica del grupo a través de un ejercicio de conmovedora musicalidad que nos remite a cercanías con el paradigma de CAMEL (etapas del “I Can See Your House From Here” y del “Nude”) a través del filtro de LIQUID TENSION EXPERIMENT. ‘Crime Story’, por su parte, nos devuelve una vez más a la faceta electrizante y pesada de BACKHAND, estableciendo un ejercicio de estilizada fastuosidad enérgica: aires de familia con otras bandas hispanoamericanas como los costarricenses TIME’S FORGOTTEN y los argentinos RETSAM SURIV resultan lógicos por el empleo de estándares de DREAM THEATER, DEEP PURPLE y el paradigma clásico del heavy metal. Los dos siguientes temas son sendos viajes instrumentales: ‘Wonderful Peace’ y ‘Roller Coaster’. El primero comienza con un motivo ágil donde se explora un estupendo híbrido de prog metal y retro-prog (a lo KARMACANIC), dando espacio a un hermoso solo de bajo; la segunda sección se centra en un desarrollo temático sereno que no incomodaría dentro de un estándar de PINK FLOYD, aunque el grupo le da una energía especial propia de su idiosincrasia. Por su parte, el segundo retoma el dinamismo versátil del cual habíamos disfrutado en el primer tema del álbum, pero en una dimensión mucho más reducida (solo dura 3 ½ minutos). Con ‘Me, Myself And I’ se cierra el repertorio del álbum: se trata de una cálida balada desarrollada sobre un suave compás de Latin-jazz y con presencia predominante de la guitarra acústica.

   

En líneas generales, lo que nos han ofrecido BACKHAND con el repertorio de “Through The Turbulence” ha sido gratamente impresionante, toda una montaña rusa de musicalidades energéticas y ricas en recursos dentro de una ingeniería netamente progresiva. Queda claro que cuando el conjunto se concentra en sus creaciones instrumentales da más rienda suelta a sus conceptos de musicalidad compleja y sofisticada, mientras que se contiene un poco más en este aspecto en el armado de los temas cantados para centrarse en el gancho del momento: como sea, el repertorio ha sido amplio a través de una amplia gama de posibilidades que no aburre al oyente empático. Ojalá el futuro cercano tenga en el horizonte más discos de esta banda para disfrute de todos los melómanos dispuestos a descubrirla. 


Muestras de “Through The Turbulence”.-


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