Saturday, March 04, 2017

FREE SALAMANDER EXHIBIT: indestructible faro de la vanguardia rockera norteamericana


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos toca presentar a FREE SALAMANDER EXHIBIT, un off-shoot del inolvidable ensamble campeón del rock-against-rock (al fin y al cabo, una modalidad de rock-in-opposition) SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM. El grupo está conformado por Nils Frykdahl [voz, guitarra y flauta], Dan Rathbun [bajo e instrumentos concretos diversos], Michael Mellender [guitarra, trompeta, percusión y guitarra preparada], David Shamrock [batería y glockenspiel] y Drew Wheeler [guitarra, glockenspiel y Theremin]: o sea, tenemos aquí a 4/5 de la última alineación de SGM más un socio muy cercano. La gente de FSE presume de ser una auténtica banda donde los músicos crean una refinaca y meticulosa arquitectura que se retuerce alegremente en base a la gestación de nuevas ideas sobre el sustento de las viejas experiencias compartidas por los músicos a lo largo de los años. Su disco debut “Undestroyed” fue lanzado al público de forma independiente por vía del sello Web Of Mimicry a fines del pasado año 2016, más exactamente, el 13 de diciembre: pasemos ahora a repasar los detalles del mismo.


Durando poco más de 5 ¼ minutos, ‘Unreliable Narrator’ da inicio al repertorio con una impoluta amalgama de poder rockero frontalmente neurótico y grooves sofisticados. Bien situado en el terreno metalero en cuanto a su esquema sonoro, ‘Unreliable Narrator’ sabe navegar eficazmente a través de corrientes donde confluyen el prog-metal y el sludge. El hermanamiento entre el canto aguerridamente filudo de Frykdahl y las armonizaciones de los riffs de las múltiples guitarras resulta solventemente compacto. Acto seguido, ‘The Keep’ vira hacia un terreno más colorido mientras retiene buena parte del vitalismo siniestro de la pieza de apertura: esta vez, con elementos propios del jazz-rock, la cruzada vanguardista de la banda se siente suficientemente segura como para exorcizar sus constantes fantasmas de tenor chamber-rock. La presencia de la flauta y el uso de ciertos efectos de guitarra que emulan las cadencias de violín estipulan una estrategia de sonoridades bizarras para el recto desarrollo del mágico motif central… incluso dándole un perverso giro folklórico al asunto en ciertos pasajes. Con ‘The Gift’ tenemos la primera pieza de largo aliento del disco, casi 10 minutos de duración. Su pasaje inicial es nebuloso e inquietante bajo un ropaje tenebroso que es manejado con una extraña y, a la vez efectiva gracilidad. Pero este prólogo dura poco pues al poco rato emerge un cuerpo central cantado que realmente es la pura expresión de la fura, un furioso vigor que se explaya en una refinada ingeniería de riffs interconectados sobre una compleja estructura rítmica. Otro cuerpo central emerge al poco tiempo para retomar en algo el espíritu mayoritario de ‘The Keep’, aunque con una actitud más adusta, la cual se ajusta a las mil maravillas a la idea de volver a la furia precedente en el corto plazo. Estamos de regreso a los tiempos del primer álbum de SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM… y posiblemente, también a la primera temporada del legado de MAUDLIN OF THE WELL.

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‘Time Master’ es una pieza patentemente satírica: tras el nervio belicoso y aguerrido de ‘The Gift’ viene bien un momento de surrealismo lúdico donde los cánticos siguen el parámetro del teatro del absurdo y las amalgamas guitarreras se sueltan en una algarabía donde confluyen los universos del primer PRESENT y el KING CRIMSON de la etapa 74-5. Las intervenciones de la trompeta ayudan a realzar el jolgorio burlón que se erige como pauta creativa: ¿FRANK ZAPPA fusionado con UNIVERS ZERO bajo la dirección artística de ART BEARS? Durando poco menos de 10 ¼, la pieza homónima es una maratón de ambientaciones sombrías ensalzadas por un lirismo tan fulguroso como retorcido. A veces la pieza suena como un vals de carnaval tocado por una horda de fantasmas agotados y tentados a ceder ante los demonios de la depresión… pero llega un momento en que el cuerpo central asume una musculatura renovada, haciendo que lo espectral se torne un festival de vivacidad oscurantista. Mientras vamos fluidamente conectándonos con un regreso al motif inicial, nos alegramos mucho de haber atestiguado auditivamente esta expresión de chamber-rock metalero. ‘Atheists’ Potluck’ es un instrumental que regresa al jolgorio tortuoso y surrealista de ‘Time Master’ pero con un talante un poco más amable. De hecho, los guitarreos se centran mayormente en construir sus armonizaciones colectivas con una prestancia luminosa a pesar de que el cuerpo central de la composición se centra más en lo arquitectónico que en lo estrictamente melódico. En fin, el repertorio llega a su cierre con ‘Oxen Of The Sun’, pieza de poco más de 9 ¼ minutos de duración que se centra en la faceta más ritualística del ideario persistentemente oscurantista del ensamble. El ambiente inicial de cacería diseñado para el breve prólogo y la pronta instauración de un canto siniestramente evocativo sobre un medio tiempo meticulosamente abarrotado por la robusta aleación de guitarras centran con un tremendo pulso focalizado la primera atmósfera central de la pieza. Luego emerge una segunda sección un poco más frenética mas no absorbente pues la apabullante fuerza rockera en curso está efectivamente articulada sobre un groove sofisticado. A partir de aquí se da una breve serie de variaciones temáticas con las que el grupo prepara el camino para un intenso epílogo que incluye algunos estándares del así llamado brutal prog. 


  
 

Todo esto fue “Undestroyed”, un disco delirante y enérgico que sitúa al ensamble de FREE SALAMANDER EXHIBIT como un indestructible faro de inspiración y persistencia para la vanguardia progresiva norteamericana. Con esta propuesta musical, el colectivo de Frykdahl, Rathbun, Mellender, Shamrock y Wheeler muestra su capacidad de exorcizar la neurosis y la crueldad del mundo contemporáneo a través de una ingeniería musical donde el surrealismo y el dadaísmo se fusionan en una fuerza tanática inapelable. Abordar este disco es un peligro para la mente y un desafío para el corazón, y por eso mismo la recompensa del placer melómano resulta extraordinariamente estimulante.  


Muestras de “Undestroyed”.-


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