Monday, April 15, 2024

THE ARISTOCRATS: a la caza de una nueva fauna jazz-rockera



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Buenas noticias con el regreso al ruedo de los aristócratas del art-rock. En efecto, el colectivo triádico THE ARISTOCRATS tiene un nuevo disco en este año 2024 que se titula “Duck” y que fue publicado el pasado 16 de febrero por vía del sello BOING! Music (sello de la propia banda). La publicación es en CD, doble vinilo y box set. El guitarrista inglés Guthrie Govan, el bajista estadounidense Bryan Beller y el baterista-percusionista alemán Marco Minnemann vuelven a dictar una cátedra conjunta de dinamismo, vigor e ingenio con este nuevo trabajo de estudio, el primero como trío desde “You Know What…?” del 2019 y a sólo dos años de su disco especial grabado junto a la PRIMUZ CHAMBER ORCHESTRA. El nuevo disco fue grabado en enero de 2023, mayormente en el estudio Carbonite Sound de Ojai, California, aunque los temas #6 al #8 fueron registrados en otros lugares no señalados en los créditos. Forrester Savell estuvo a cargo de los procesos de mezcla y masterización. De por sí, “Duck” se presenta como un disco conceptual que surgió de la forma más casual y graciosa que, en el fondo, es algo que se espera de un grupo tan suelto de huesos como THE ARISTOCRATS. Resulta que Minnemann, al mostrar a sus compañeros la composición ‘Sittin’ With A Duck On A Bay’ (titulada así como parodia del clásico de OTIS REDDING 
‘Sittin’ With A Duck On A Bay’), éstos propusieron la creación de una narrativa cómica sobre las aventuras de un pato para que el nuevo disco la tuviese como referente. El pato protagonista, nativo de tierras antártica, disfruta de un rato muy ameno en un club de baile de una gran ciudad y de ahí va a un bar, en el cual no puede disfrutar enteramente de su trago porque lo expulsan de allí a patadas. Para más inri, un pingüino policía se la pasa espiándolo hasta hacerle arrestar de forma abusiva.  Tras escapar, termina conociendo a algunas personas de los bajos fondos, y todo termina con una visita al urólogo donde le hacen una seria revisión médica... Sí, así termina la narrativa. Pasemos ahora al repaso de los detalles estrictamente musicales de “Duck”. 
 

‘Hey, Where’s MY Drink Package?’ da el puntapié inicial a las cosas con un convincente ímpetu impulsado por el robusto swing de la batería. En base a éste, el trío desarrolla un vitalista ejercicio de jazz-rock con aires funky muy al estilo de lo que hacía JEFF BECK. Los aires de júbilo frontal expresados en el motif central nos remiten a cierto parentesco con el patrón de LIQUID TENSION EXPERIMENT cuando algunos ornamentos sofisticados entran a tallar a lo largo del camino con el propósito de insertar algunos recursos de grisácea sutileza. De esta manera, se traza una magia muy especial para el último tercio del tema. ‘Aristoclub’ sigue a continuación para ofrecer un dinamismo acrecentado que se deja sazonar por elementos de ágil neurosis tanto en la dinámica gestada por la dupla rítmica como en el carácter punzante de la mayoría de los fraseos de la guitarra. De hecho, a mitad de camino, la pieza gana en robustez mientras va llenando espacios con su incendiaria energía. ‘Sgt. Rockhopper’ es un bien delineado viaje jazz-progresivo con ribetes prog-metaleros que permite a los integrantes del trío articular sus respectivas fuentes de expresividad y virtuosismo con natural fluidez sobre una compleja ingeniería rítmica. Hay un solo de guitarra que es fabulosamente sobrehumano; también hay un manejo cristalino de las variaciones de swing que tienen lugar, una acción heroica de parte de Minnemann. Cuando llega el turno de ‘Sittin’ With A Duck On A Bay’, el grupo explora un groove funk-jazzero al estilo de los WEATHER REPORT de 1976 y el BILLY COBHAM de 1977 con añadidos matices de psicodelia progresiva debidamente afilados. Opera aquí un aire de sofisticado relax con el que se brinda un aura distinguida al gancho reinante. Los ornamentos de bajo que emergen a mitad de camino son simplemente espectaculares. ‘Here Come The Builders’ comienza con una cita de la famosa composición de EDVARD GRIEG ‘La Mañana’, la sección inicial de su obra de dos suites Peer Gynt. Para THE ARISTOCRATS, se trata de un breve prólogo de connotaciones etéreas antes de que el trío vuelva a las andadas de señorío jazz-progresivo marcado por un jolgorio aparatoso y deliciosamente extravagante. Las simultáneas virguerías de la guitarra y el bajo se complementan consistentemente sobre el razonablemente complejo groove de la batería.

‘Muddle Through’ es una pieza un poco más reposada que la precedente, pero todavía merece el calificativo de vivaz. Sobre un compás de 5/4, el trío arma un suntuoso ejercicio de jazz-rock igualmente informado por los paradigmas de la MAHAVISHNU ORCHESTRA y del inmortal maestro ALLAN HOLDSWORTH con ciertos recursos estilizados que usualmente asociamos al lenguaje progresivo (particularmente, pienso en los STICK MEN). Cuando la batería se queda sola en las últimas instancias, los ruidos de sirenas de cohes-policía añade un toque humorístico al asunto. ‘Slideshow’ es la composición más delicada del disco, estando centrada meticulosamente en la creatividad lírica que se invierte en su desarrollo temático. El espíritu del esquema compositivo mismo es jovial y el swing es genuinamente grácil, pero la exquisita confraternización de los estilizados aportes de cada instrumento actuante brinda a dicho esquema un destello palaciego. El bajo es quien realiza los más llamativos despliegues de virtuosismo técnico en una pieza que sólo exige una muy mesurada dosis de ellos. Cuando llega el epílogo, eso sí, las cosas se tornan más pomposas, al modo de una exaltación ascendente de ampulosas vibraciones, aunque la coda nos recuerda dónde empezó todo. ‘And Then There Were Just Us / Duck’s End’ es el ítem más extenso del disco con sus 9 minutos y pico de duración; dicho sea de paso, muy ingenioso el título con su referencia a los dos primeros discos de GENESIS como trío. Todo comienza como un híbrido entre BRAND X y RETURN TO FOREVER, pero con un enfoque un poco más recio debido a la logística natural del trío; las alternacias entre los diversos pasajes se arman con impoluta fluidez, siendo así que los sutiles son prioritarios. Ciertos ornamentos de bajo añaden una musculatura especial al asunto. A instantes de llegar a la frontera del séptimo minuto emerge un motif progresivo bajo la guía dual de la guitarra acústica y la batería. A partir de allí, el trío arma un enclave sonoro elegante y sedoso. Un gran final para una pieza que sabe ser sorprendente sin excesivos aspavientos.
 
  

‘This Is Not Scrotum’ pone el punto final a las cosas con connotaciones burlescas arropadas por melodías orientales, grooves circenses y climas jovialmente dadaístas, lo cual permite al trío jugar con una refrescante ligereza a la hora de desarrollar un nuevo entramado sonoro. Aquí aparece la ilustre invitada Rusanda Panfili tocando varias pistas de violín. Para el último tercio, el trío remodela los aires festivos de la pieza con una sofisticada agresividad expresiva muy en línea con el paradigma jazz-progresivo. El explosivo final de ‘This Is Not Scrotum’ es el cierre perfecto para el álbum. Como anécdota curiosa, resulta que el título de esta pieza está censurado en la página de Apple Music (no sea que la mención del escroto motive las más horrendas pasiones de los violadores, acosadores, pederastas y demás infames sujetos). Esto es todo lo que se nos brindó en “Duck”, otro referente de elevada e intensa creatividad dentro del impresionante catálogo de THE ARISTOCRATS. Como es habitual, el trío de los Sres. Govan, Beller y Minnemann se ha vuelto a lucir a lo grande para gestar una obra fonográfica que amenaza con erigirse como una de las más notables de este año 2024, el cual aún no termina su primer tercio. Casi una hora de grandilocuencia jazz-rock-progresiva. ¡¡¡Recomendable al 300%!! (Un ciento por cada integrante). 
 
 
Muestras de “Duck”.-
Hey, Where’s MY Drink Package?: https://www.youtube.com/watch?v=JRdEmblvLV4
Aristoclub: https://the-aristocrats-band.bandcamp.com/track/aristoclub
Sgt. Rockhopper: https://www.youtube.com/watch?v=sCbf9eKr16k

Saturday, April 13, 2024

Doce danzas funerarias del ensamble belga FLAT EARTH SOCIETY

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Aquí tenemos el disco “R.I.P (Twelve Funeral Songs)” del nutrido y ambicioso ensamble belga FLAT EARTH SOCIETY, el cual fue publicado a inicios de noviembre del año 2022: llega un poco tarde esta reseña, la verdad que sí. FLAT EARTH SOCIETY es un colectivo dedicado a cultivar una variedad propia de jazz vanguardista con tintes progresivos. La alineación que realizó este disco está conformada por Benjamin Boutreur [saxofón alto], Bruno Vansina [saxofón barítono y flauta], Marti Melià [clarinete bajo], Peter Vermeersch [clarinete], Kristof Roseeuw [contrabajo], Teun Verbruggen [batería], Frederik Leroux [guitarra], Peter Vandenberghe [teclados], Michel Mast [saxofón tenor], Marc Meeuwissen [trombón], Peter Delannoye [trombón], Bart Maris [trompeta], Pauline Leblond [trompeta], Berlinde Deman [tuba] y Wim Segers [vibráfono]. Bajo la iniciativa del vientista y compositor Peter Vermeersch, la nutrida y suntuosa orquesta de jazz-rock FLAT EARTH SOCIETY se inició en el año 1999 con la misión de plantear una propuesta musical donde se combinaran un colorido surrealista y una coordinación virtuosa de múltiples focos sónicos. El debut fonográfico de este ensamble tuvo lugar en el año 2000 con el disco “Live At The Beursschouwburg”, siendo sucedido al poco rato por el disco de estudio “Bonk”, también en el año 2000. En lo que concierne específicamente a “R.I.P (Twelve Funeral Songs)”, el material contenido en él fue grabado en los estudios Werkplaats Walter de Bruselas y Johnny Green Giant Studio de Gante, en el mes de mayo de 2021, con los ulteriores procesos de mezcla y masterización estando a cargo de Frederik Segers y Vermeersch, respectivamente, en el Boma Studio de Gante. Igloo Records se encargó de su publicación en formato solamente digital. El disco no es conceptual de por sí, pero tiene una efectiva estrategia para concretar la idea de la inevitable mortalidad de la condición humana al comenzar y terminar con el ensamble en pleno mientras que, en el transcurso de las cosas, va desapareciendo un músico (alguna vez, dos o tres) hasta que en el penúltimo tema sólo queda uno, listo para acoger el regreso de todos los ausentes. La segunda pieza es la excepción a esta estrategia, pues está dedicada a la memoria del músico Tom Wouters, experto en clarinete y percusión que alguna vez formó parte de la FLAT EARTH SOCIETY. Él falleció el 27 de mayo de 2021 a los 40 años de edad. Bueno, vayamos ahora a los detalles del repertorio de este disco. 
 
La dupla de ‘La Malle-valise De L’heimatlos Du Sleeping’ e ‘In Scum And Sludge’ abre el disco con contundente elocuencia referida a la variedad de subterfugios expresivos. La primera de estas piezas mencionadas se mueve en medio de arquitectónicas agitaciones que se orientan por una cruza entre los paradigmas de WEATHER REPORT y FRANK ZAPPA con añadidos aires exóticos de inspiración gitana. El ensamble de metales hace gala de su ágil señorío mientras el desarrollo temático transita por sus vericuetos; algunos de éstos se asientan sobre comedidos recursos de tensión. En cuanto a ‘In Scum And Sludge’, se trata de una exploración de climas minimalistas tremendamente calmos donde las serenas notas del vibráfono se hacen cargo de la base sobre la que se ha de explayar el ensoñador foco temático. A mitad de camino, la atmósfera general asume un tenor ceremomioso sin perder un ápice de la compostura inicial. Un contraste total frente a la pieza de entrada. El tercer tema del repertorio se titula ‘Zwerfuil’ y es el más extenso del mismo con sus 8 minutos y pico de duración. Su talante misterioso y casi parsimonioso lo acerca un poco al ítem precedente, pero su talante es distinto, definitivamente, se trata de una espiritualidad crepuscular la que guía el camino para el sutilmente sofisticado esquema melódico. Lo que suena parece inspirado en el MILES DAVIS de la fase 1968-69 con adicionales dosis de fastuosidad, las mismas que nunca se tornan apabullantes a fin de dejar que los aires nebulosos del esquema sonoro se mantengan límpidos de principio a fin. ‘Rip It’ es una pieza más extrovertida, exhibiendo un groove alegre con suficientes elementos progresivos como para hacer que este grupo tenga afinidades con JAGA JAZZIST. El grupo dice mucho en un espacio de poco más de 2 ½ minutos. Cuando llega el turno de ‘Midsummer Night Swim’, la banda regresa al terreno del tercer tema con una actitud más extrovertida, siendo así que la soltura de la batería y los exuberantes fraseos de la percusión tonal marcan grácilmente la pauta para la ingeniería colectiva. Los sucesivos solos de trompeta, saxofón y clarinete realzan el lirismo esencial de la pieza. ‘Aapverbranding (Epiloog)’ ostenta aires de traviesa jovialidad de una manera que hubiese puesto orgullo al propio ZAPPA en el año 1972. El flagrantemente complejo swing armado para la ocasión da la impresión de que el continuo diálogo entre los metales y la dupla rítmica se podría desplomar en cualquier momento... Pero, claro está, no sucede nunca, todo ha sido planificado meticulosamente.
 
‘Malacology’ despliega un aura arcana bajo la guía de los mantos siniestros emanados del órgano que inicia el trayecto melódico. Por su parte, el delicado lirismo de los vientos y las refinadas líneas sencillas de la guitarra abren un oportuno contrapeso a la hora de completar la idea. ‘Blue Braine’ se centra en serenos aires de jazz de salón en medio de las alternancias de protagonismo entre el piano y el ensamble de metales. ‘Man Man Man’ es lúgubre al modo de una idea perdida de los UNIVERS ZERO de la fase 1977-81 que ha sido remodelada por el TERJE RYPDAL de inicios de los 90. ‘MQK’ tiene una cadencia vivaz donde los vientos hacen lucir la dinámica de su numerosa y meticulosa asociación a fin de concretar una ingeniosa mezcla de melodía y ritmo. Esto deja campo abierto para la emergencia de las vibraciones evocadoras de ‘Left Alone’, las cuales terminan aterrizando en una área densa y neurótica: de esta manera, nos queda claro que la secuencia de estos tres últimos temas delinea un viaje desde el atardecer con algunos atisbos de esperanza hasta la temida noche con sus potenciales peligros. Justamente son los retorcimientos de los metales que clausuran ‘Left Alone’ los que abren la puerta a ‘La Malle-valise De L’heimatlos Du Sleeping (Reprise)’, la clausura del repertorio. En efecto, los ecos de esa neurosis atraviesan de cabo a rabo las florituras de los vientos con los que se retoma el motif central de la primera pieza del álbum. El grosor aumentado de los vientos y la inclusión de un breve solo de batería hacen que se elabore una algarabía exultante con algunas tonalidades grisáceas. Todo esto fue lo que gestó el colectivo de FLAT EARTH SOCIETY con “R.I.P (Twelve Funeral Songs)”, un trabajo formidable donde la extravagancia vanguardista se reviste con una elegancia muy particular. Hoy por hoy, el grupo tiene un nuevo disco en el mercado titulado “The ONE”, sobre el cual hablaremos pronto. Mientras tanto, que quede claro que “R.I.P (Twelve Funeral Songs)” es un disco que vale mucho la pena de tener en una exquisita colección fonográfica.

 
Muestra de “R.I.P (Twelve Funeral Songs)”.-
La Malle-valise De L’heimatlos Du Sleeping: https://www.youtube.com/watch?v=zFdIC7F1z0o
 

Wednesday, April 10, 2024

TOM PENAGUIN: primeros pasos en la escena progresiva francesa

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy tenemos la muy especial ocasión de presentar el álbum de debut del músico y multiinstrumentista francés TOM PENAGUIN. El disco se titula precisamente “Tom Penaguin” y fue publicado por el sello español áMARXE el pasado 5 de abril. PENAGUIN es el exclusivo ejecutante del piano eléctrico Fender Rhodes, el órgano Yamaha YC20, los sintetizadores Matriarch Moog y Hohner String Melody, las guitarras Gibson Les Paul, SG y Goya Rangemaster, el bajo Squier Precision, el clavinet Cembalet II, el pianet Hohner y la batería Yamaha. Más allá de su juventud, este señor ya tiene experiencia como guitarrista del grupo DJIIN y teclista en ORGÖNE, y ya tiene en su haber algunas piezas atmosféricas compuestas para bandas sonoras y un CD del año con el pseudónimo de CAPTAIN BLIND CHAMELEON (Tales Of A Floating Man). Bueno, parece que, técnicamente hablando, Tom Penaguin no es realmente su disco debut, pero sí es el vehículo de presentación oficial ante el público sin sobrenombre... sólo el nombre. El disco del que hablamos hoy tuvo un proceso un poco largo de grabación desde el año 2020 en el estudio doméstico de PENAGUIN. Repasemos ahora los detalles del repertorio contenido en él.


Los primeros 2 ¾ minutos del repertorio comienza están ocupados por ‘The Stove Viewpoint Introduction’, un travieso ejercicio de aleatorias capas psicodélicas cuyo talante perturbador se siente oportunamente atenuado por la delicadeza de sus arreglos subyacentes. En las últimas instancias emergen unos elegantes fraseos de guitarra que portan una cierta aura pastoral, un recurso que prepara el terreno para la pronta emergencia de ‘Housefly Leg’. Éste es el tema más extenso del disco con sus poco menos de 14 ½ minutos de duración; no tarda mucho realmente el maestro PENAGUIN en dar rienda suelta liberalmente a sus ambiciones musicales más suntuosas. Lo que suena aquí es una sólida y fluida cruza entre HATFIELD AND THE NORTH, la faceta más sofisticada de los CARAVAN del año 1971 y los SOFT MACHINE de la fase 1973-75, con elementos añadidos de HAPPY THE MAN en aquellos parajes donde hay algo de etéreo. Los motivos se van sucediendo a lo largo de unos recovecos bien estructurados, siendo así que la sistemática estilización de los mismos permite que los solos sucesivos de guitarra, órgano, sintetizador y piano eléctrico asienten cómodamente sus colores propios dentro del armazón general. En algún momento del último tercio, un solo de bajo asume una posición lo suficientemente relevante como para invitar a la batería a que arme sus propias variaciones del swing básico, algo que es sucedido por la remodelación de un amable motivo que ya había sido utilizado antes. Gran cénit del álbum. ‘Aborted Long Piece No2’, a pesar de ser mucho más breve, no se queda atrás en cuanto a fastuosidad progresiva. Se trata de un ejercicio jazz-progresivo bastante ágil con algunos matices grisáceos que hace que la gracilidad en curso, siendo tan vivaz como lo es, asuma algunos matices densos en lo referente a la exposición del motif central. El filo agresivo de las líneas de bajo apuntala a los teclados para que armen un paisaje sónico poderoso a través de su refinada elegancia. Tenemos aquí una ingeniosa mezcla de jolgorio y gravedad que se ubica en un terreno intermedio entre SCHERZOO y THE TANGENT.


‘Arrival Of The Great Hedgehog’ es la segunda pieza más extensa del repertorio con su espacio de 9 ¼ minutos. Parece recibir, hasta cierto punto, el impacto de la estilizada gravedad que signó al tema precedente, pero sus ambiciones expansivas le colocan más cerca de la vitalidad versátil articulada en ‘Housefly Leg’. En medio de la arquitectura integral de todos los instrumentos actuantes, el órgano funge como la base de todas las atmósferas y grooves que se van sucediendo, mientras que la batería da constantes muestras de su impoluta consistencia a la justa medida de lo que va sucediendo en cada pasaje específico. Una mención especial va para el extenso solo de guitarra que emerge en el ecuador del tema, el cual exorciza los paradigmas de YES y NATIONAL HEALTH con una majestad rotunda y contundente; de hecho, su aparición marca una pauta de crescendo para la ingeniería global. de tal modo que se traduce en un largo epílogo grandilocuente. ‘The Stove Packed Up And Left’ trae consigo el final del disco mientras sus instantes iniciales se enlazan con el último aliento de la pieza precedente. Como este último tema recibe la energía incandescente de ‘Arrival Of The Great Hedgehog’, lo primero que se destaca es un intenso solo de sintetizador. Un segundo motivo se instala sobre un swing un poco más sereno mientras la comunión de guitarra y teclados se encarga de preservar el fulgor recurrente del álbum, sirviendo de puente para otro más ágil donde se hermanan los mundos de HATFIELD AND THE NORTH, ISOTOPE y CARAVAN. La calidez de este pasaje anuncia algo aún más cálido con el sosegado epílogo, el cual establece un vínculo entre la faceta melódica del Canterbury y el sonido de los GENESIS de la fase 70-72: el lirismo que opera en esta conclusión es envolvente y conmovedor. En fin, en menos de 40 minutos, TOM PENAGUIN nos ha mostrado una excelsa vía de exploraciones progresivas para el año 2024. Realmente vale la pena adquirir este muy recomendable disco que, desde ya, se destaca como una estupenda sorpresa para el escenario mundial del rock artístico. 


Muestras de “Tom Penaguin”.-

Sunday, April 07, 2024

LAND OF CHOCOLATE: el mejor momento para volver al ruedo progresivo estadounidense

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy tenemos gratísimas noticias desde la escena progresiva estadounidense: el regreso del grupo LAND OF CHOCOLATE con un nuevo disco bajo el brazo, “Your Finest Hour”, el mismo que fue publicado el 6 de octubre del pasado año 2023. Hay una distancia de nada más y nada menos que 19 años en el tiempo desde la publicación de su segundo álbum “Regaining The Feel”. Tanto este disco como el primero, 
“Unikorn On The Cob” (que data del año 2001), habían puesto en el mapa de la escena progresiva estadounidense del nuevo milenio a LAND OF CHOCOLATE, pero este trayecto no duró mucho. El cuarteto conformado por Jonn Buzby [teclados, voz y percusión], John Covach [guitarras], Gerald Wilson [bajo] y Wesley Hare [batería] había estado trabajando en buena parte del material que ahora conforma “Your Finest Hour” entre los años 2004 y 2005, pero las mudanzas y los proyectos colaterales de los músicos provocaron que todo se quedara a medias a través de los años. Buzby, por ejemplo, tuvo una trayectoria solista bajo el seudónimo de DAMN FINE COFFEE, y antes de armar LAND OF CHOCOLATE, había sido baterista de FINNEUS GAUGE, el grupo de su hermano Christopher Buzby tras el cierre del primer periodo de los legendarios ECHOLYN. Una vez que la idea de retomar el proyecto abandonado del tercer trabajo de estudio de LAND OF CHOCOLATE, banda afincada en Durham (Carolina del Norte), se puso nuevamente sobre la mesa, el guitarrista original Brian O’Neill reingresó a la banda en reemplazo de Covach, quien actualmente reside en Rochestar (NY). Todo lo que se grabó encima de las pistas básicas que fueron prácticamente abandonadas en el año 2005 estuvo sujeto a las labores de ingeniería de sonido de parte de los cuatro integrantes de la banda. Ulteriormente, O’Neill se hizo cargo de los procesos de mezcla y masterización del nuevo material en el estudio Red Rack Mastering. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “Your Finest Hour”.
 

‘Movers/Shakers’ abre el álbum con un colorido melódico y un vigor razonablemente contenido que rápidamente nos remiten al filtro de SPOCKS BEARD de los rastros Yessianos y Genesianos del discurso neo-progresivo de los 90. La batería sostiene un groove bastante ornamentado a lo largo de todo el tema. Sigue a continuación ‘This Beautiful World’, que es justamente el tema más extenso del repertorio con sus casi 6 ½ minutos de duración. Desde el comienzo se nota el predominio de un tenor solemne que se emparenta con el paradigma de KANSAS, siendo así que se añaden algunos elementos del patrón Genesiano de la fase 1976-78 y otros tantos de la psicodelia Beatlesca. Esta vez son los teclados quienes, junto al canto, guían el desarrollo temático, aunque no se puede pasar por alto una mención especial para el majestuoso solo de guitarra que emerge a mitad de camino, pues justamente impulsa un incremento del vigor rockero del esquema grupal. El tercer tema se titula precisamente ‘Your Finest Hour’. Esta canción homónima se asienta cómodamente sobre una senda de llamativa agilidad que se conecta con los ECHOLYN de 1995. El esquema rítmico no es muy complejo, pero el swing armado por la fraternidad de bajo y batería contiene suficientes dosis de sofisticación jazz-rockera como para sustentar un solvente señorío para el despliegue melódico en curso. ‘A Rae Of Hope’ dura poco más de 2 ½ minutos. Otro tema posterior que también dura un poco más de 2 ½ minutos es ‘A Deep Breath’. El primero de ellos es un dúo de piano y guitarra que se explaya en una aureola romántica; el segundo, por su parte, despliega una suntuosa solemnidad que se deja llevar muy fluidamente por el tempo de 7/8. Helpless’ y ‘The Currents Of You’ se sitúan entre ambos para desplegar nuevos ejercicios de colorido rockero. Helpless’ es una balada sinfónica que saca buen provecho a su compás de vals para proyectarse hacia una cándida melancolía, la misma que deja que broten algunos trasvases rockeros oportunamente estilizados. ‘The Currents Of You’ es un cénit del álbum que sintetiza los elementos más extrovertidos de los dos primeros temas y le traspasa una dosis un poco mayor de sofisticación rítmica. Este tipo de calidez fulgurosa ya no nos toma pro sorpresa, pero, sin duda, el vigor de la batería y de los guitarreos brinda un gancho inapelable al esbozo melódico con el que trabaja el grupo. Hay confluencias con las bandas compatriotas MOON LETTERS y THIRTEEN OF EVERYTHING.
 
Cuando llega el turno de ‘Air’, el grupo se dispone a seguir la senda trazada por los últimos acordes de piano de 
‘A Deep Breath’ para concretar otro viaje de serena fastuosidad progresiva al estilo del de la canción homónima. ‘Meaningless Trip’ también revisa otro ambiente ya explorado en alguna canción anterior, la solemnidad suntuosa, y también lo hace con unas dosis mayores de garra rockera y sofisticación estructural. Así las cosas, ‘A Stark Reminder’ (otro interludio que dura alrededor de 2 ½ minutos) se enfila hacia una perpetuación del dramatismo cabalmente preciosista que acabamos de apreciar, exhibiendo un grosor expresivo contundente. La penúltima pieza del repertorio  es la segunda más larga del mismo con su espacio de poco más de 6 ½ minutos y porta el título de ‘Poison The Root’, Su vitalidad es pletórica de gancho a la hora de retomar remodelar los recursos de agilidad progresiva que quedaron bien definidos en los temas #2 y #6. Como es de esperarse, la guitarra se luce en lugares estratégicos señalados para realzar el esquema melódico diseñado para la ocasión. Otro cénit del álbum. Todo concluye con ‘Threatening To Unwind’, canción que es una semi-balada donde se cruzan los patrones de ECHOLYN y de los JOURNEY de los dos primeros álbumes. La gentil sencillez del enfoque melódico es manejada con suma elegancia, siendo así que la batería siempre halla espacios donde hacer sentir su musculatura. Todo esto es lo que se nos ha brindado desde los cuarteles de LAND OF CHOCOLATE con “Your Finest Hour”, una obra interesante y atractiva que aporta mucho a la vigencia del escenario progresivo estadounidense. Definitivamente, éste ha sido el mejor momento para reavivar la misión musical de LAND OF CHOCOLATE.

Thursday, April 04, 2024

Tres mentes para un solo fuego y un solo hielo: la experiencia de LIFE ONLY


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy tenemos la muy especial ocasión de presentar al colectivo multinacional de vanguardismo radical LIFE ONLY, el cual está conformado por Dimos Vryzas [violín eléctrico y efectos], Diego Aguirre “DAZ” [guitarra eléctrica y artefactos] y Fred Frith [guitarra eléctrica y diversos objetos pequeños de percusión concreta]. También presentamos su disco “Plus Ça Change”, el cual fue publicado el 26 de enero pasado. Este trío se formó en la localidad suiza de Basilea en el año 2019 con la meta de crear música aventurera que expresara exploraciones abstractas de carácter novedoso y desafiante. La estrategia consiste principalmente en crear encrucijadas proactivas entre el minimalismo, el drone y el avant-prog inclinado hacia la lógica deconstructiva. Por supuesto, conocemos a Frith por sus históricas membrecías en HENRY COW, ART BEARS, MASSACRE y otros diversos proyectos y asociaciones hasta el día de hoy. Aguirre es principalmente célebre por haber sido integrante del excelente grupo avant-jazz-progresivo chileno MEDIABANDA, pero él ya tiene varios años residiendo en Suiza, donde realiza varios proyectos de música experimental con base de deconstructivismo y musique concrète. Vryzas es un joven veterano cuya obra se enmarca dentro de la investigación en formas libres contemporáneas, el ambient, el noise y el folk. El material contenido en “Plus Ça Change” fue grabado en el estudio Weisser Saal de Basilea en una larga sesión que tuvo lugar el 13 de noviembre de 2022, estando Mikael Szafirowski a cargo de la ingeniería de sonido. El ulterior proceso de mezcla se realizó en Tesalónica y en el Stress Studio de Atenas en manos de Christos Megas y el propio Vryzas. Finalmente, tras un proceso de edición en el estudio Casa Sonoma por Frith, Myles Boisen se encargó de la masterización en el estudio Headless Buddha de Oakland.
 
Los primeros 13 ¾ minutos del repertorio están ocupados por ‘Only One’, un tema que dispone de un fulgor inquietante y absorbente desde sus primeras instancias, logrando asentar una reciedumbre densa que, a su manera, también tiene algo de mágico. Desde poco antes de llegar a la frontera del cuarto minuto, la pieza asume un aura categórica que permite a la operativa densidad aumentar sus niveles de tensión expresiva. Seis minutos más tarde, la excrusión colectiva vira hacia terrenos más calmos mientras preserva sus agitaciones minimalistamente abstractas, siendo así que la expresividad apunta a un nervio renodavor. En los últimos minutos, dicho nervio recupera algo de la densidad precedente. Tras este inicio de álbum llega eñ turno de una pieza que también tiene una generosa duración y que responde al título de ‘Light After Light’. Aquí se enfoca el trío en el desarrollo de climas instrospectivos que se sumergen en un gentil oleaje de solaz espiritual. La delicada dinámica gestada y organizada por la asociación triádica da cabida a ribetes impresionistas en medio del intimismo nebuloso y contemplativo que conforma la esencia del tema. Las cosas se intensifican un poco en los últimos minutos, pero se proyectan exclusivamente hacia la forja de una luminosidad incrementada que le da un fragor especial a las vibraciones atmosféricas del momento. ‘Fuego Y Hielo’ (así, en español) es el ítem más extenso del disco con su espacio de casi 17 minutos. El señorío sereno de la pieza precedente se retoma aquí para remodelarlo con una espiritualidad más grave, desarrollando un viaje electro-acústico donde lo etéreo y lo perturbador se fusionan con impoluta fluidez. Algunos pasajes signados por claras líneas flotantes de guitarra y ornamentos percusivos albergan el centro nuclear de la mayor parte de las incidencias sonoras. Hay vitalidad contenida conviviendo con zarandeos surrealistas que parecen emanar de un ensoñador exorcismo. Tras la irrupción decisiva de unas interferencias de ruido blanco entrecortado, llega un epílogo reflexivo cuyos aspectos tensos son manejados con cristalina delicadeza. 

‘Fractured Shadows’ se refugia en un aleatorio juego de minúsculas irrupciones abstractas que, de alguna manera, exhiben recursos de agilidad. Su función principal es la de servir como base de operaciones para los vuelos sónicos de ‘You Said I Could Go’, los cuales se basan en una retoma de las atmósferas y recursos palaciegamente agitados del primer tema del álbum. Así las cosas, el violín cuenta con suficientes espacios para dibujar algunos de sus trazos más hermosos de todo el disco. Hay un embrujo exótico que se va desplegando convincentemente a través de un filtro abstracto. ‘Να ϒίνουμε’ regresa al terreno de lo inescrutable, esta vez, con un talante más solipsista y una mayor repercusión de los efectos sonoros crepusculares. El cierre del repertorio llega de la mano de ‘Threads’, pieza que encapsula una gracilidad fulgurosa en poco menos de 5 ¾ minutos. El enfoque temático se apoya en los efluvios crecientemente lozanos dirigidos por las dobles guitarras, siendo así que los ornamentos de violín añaden recursos de taimada sutileza. Lo que nos ha brindado el colectivo anglo-greco-chileno de LIFE ONLY con “Plus Ça Change” es el testimonio de lo que ocurre cuando tres mentes brillantes y aventureras se unen para forjar un solo fuego y un solo hielo dentro del microcosmos vanguardista de la música contemporánea. Bastante interesante lo que han concretado aquí los Sres. Frith, Aguirre y Vryzas en esta peculiar aventura comunal, bastante recomendable el disco en sí mismo y también como una excelente muestra del arte experimental del año 2024.

Monday, April 01, 2024

Una congregación nueva en torno al mundo musical del maestro MARK WINGFIELD


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy tenemos la muy especial ocasión de presentar el nuevo disco del maestro guitarrista de origen británico MARK WINGFIELD. El disco en cuestión se titula “The Gathering” y fue publicado por el sello MoonJune Records el pasado 22 de marzo (hace muy poco). WINGFIELD aparece acompañado por una ilustre congregación de maestros: Gary Husband (sintetizador, piano y batería), Asaf Sirkis (batería), Tony Levin (contrabajo eléctrico) y Percy Jones (bajo sin trastes). O sea, un parnaso de personas con amplias y gloriosas trayectorias en las vanguardias del jazz y el rock de diferentes décadas y con diversos grados de veteranía. Todo el material de “The Gathering” fue grabado en La Casa Murada de España en el año 2021 con el formato del trío de WINGFIELD, Husband y Sirkis, siendo así que las partes de Levin y Jones, fueron registradas en los respectivos estudios domésticos de ambos músicos durante el año 2023. WINGFIELD se hizo cargo de las labores de producción, mezcla y remasterización en el Heron island Studio del Reino Unido. Muy peculiar es el hecho de que hay tres temas donde Sirkis y Husband hacen un dueto de baterías para combinar labores de sostén rítmico y ornamentos percusivos para añadir matices especiales al desarrollo temático del momento. Teniendo una carrera solista y en proyectos colaborativos impecable, podemos decir que WINGFIELD ha conquistado otra cima de creatividad avant-jazz-progresiva con este nuevo disco; veamos ahora los detalles del repertorio contenido en él.


Los primeros 5 minutos y pico del álbum están ocupados por ‘The Corkscrew Tower’, una hermosa pieza donde el sencillo centro temático se explaya sustancialmente a través de una mágica atmósfera evocadora, la cual recibe en la labor de las baterías duales sus principales recursos de exaltación. Solamente en las instancias finales se da en los guitarreos algunos traqueteos razonablemente inquietos ‘Stormlight’ sigue a continuación para explayarse en un lirismo bien definido cuyas vibraciones sugerentes se completan adecuadamente merced a las florituras del bajo (que también tendrá su momento de lucimiento individual). La guitarra sale al frente imponiendo un señorío mesurado con una exhibición de cristalinos cromatismos musicales, dejando que las cosas se agilicen un poco a lo largo del camino; WINGFIELD se siente cómodo exorcizando en simultáneo los paradigmas de Holdsworth y Scofield con sus virtuosos fraseos mientras preserva la integridad del bloque sonoro general. ‘Apparition In The Vaults’ da un giro a las cosas con su expresionismo patente, lo cual permite al ensamble elevar el vuelo de intensidad sónica frente a los antecedentes trazados por las dos primeras piezas. En este sentido, resulta bastante conveniente que el esquema rítmico exhiba una musculatura renovada mientras la guitarra, sin perder un ápice de su elegancia esencial, se alce con una espiritualidad particularmente aguerrida. El título de esta pieza puede tener connotaciones espectrales, pero nos parece que el lema de la pieza es el de perpetua intensidad sobre un groove sofisticadamente vivaz. ‘A Fleeting Glance’ contiene, en su estructura externa, una intensidad semejante a la de la pieza precedente, pero su espiritualidad está más cercana a las agitaciones reflexivas y ensoñadoras del tema #2, siendo así que las labores del bajo y la batería resultan especialmente puntillosas a la hora de brindar densidad al esquema de trabajo colectivo. He aquí un cénit del álbum. ‘Pursued In The Snow’ es el segundo tema más largo del repertorio con sus poco menos de 9 minutos de duración. Su majestuosidad marcada por un anhelo arcano y revelada a través de una serenidad arropada por destellos crepusculares tiene algo del legado Crimsoniano, siempre dentro de un discurso jazz-progresivo que el maestro WINGFIELD ya se apropió desde hace mucho tiempo. Hay algunos pasajes tensos que ilustran eficazmente el ánimo general de la pieza mientras la inteligente ingeniería rítmica sustenta al ensamble con impoluta solvencia.
 
También tiene una generosa extensión la sexta pieza del álbum: ésta se titula ‘The Lost Room’ y ocupa un espacio de 8 
½ minutos. Su esquema de trabajo consiste en focalizarse en la faceta evocadora de la visión musical de WINGFIELD para darle una dimensión asertivamente fastuosa. Todo comienza con un tenor mayormente sereno, pero, casi sin darnos cuenta, el ensamble elabora un muy meticuloso crescendo y ya para el último tercio de la pieza, la interacción de los instrumentos gesta un fulgor envolvente y contundente. En medio de todo esto, el lirismo reinante gana en vigor sin perder su coherencia formal. Ahora que lo pensamos bien, la secuencia de estos tres últimos temas nos recuerda a atmósferas y grooves ya trabajados en discos como “Proof Of Light” y “Tales From The Dreaming City”. ‘The Listening Trees’ se mete de lleno en el enfoque fusionesco, generando vibraciones muy alegres que son oportunamente adecuados por un juguetón esquema rítmico que, en varios sentidos, nos remite a los primeros tiempos de RETURN TO FOREVER, añadiéndose algo de la luminosidad otoñal de los WEATHER REPORT de 1973. ‘Journey Home’ es el tema más extenso del disco con su espacio casi 9 ¾ minutos, siendo así que su espíritu expresivo se orienta claramente hacia lo ceremonioso. Con el explayamiento de la claridad en los delineamientos melódicos y los sofisticados juegos de cadencias plasmadas por la batería, el potencial talante ensoñador del bloque instrumental se deja revestir naturalmente por una luminosidad aristocrática. A veces, el asunto suena como un solo de batería acompañado por guitarra, teclados y guitarra, pues dicho instrumento se dispone a acompañar a la guitarra en la guía general en varias ocasiones. Un cierto matiz onírico se impone en la sección final. ‘Together We Rise’ es, en lo básico, una nueva exploración en el territorio expresivo concretado en el tema de entrada en combinación con elementos que también fueron manejados en los temas #4 y #6. la guitarra de WINGFIELD puede apoyarse en ciertos estratégicos ornamentos de bajo para completar las ideas que tiene en mente durante el desarrollo temático (que algo de Metheny tiene). Con el arribo de ‘Cinnamon Bird’ concluye el repertorio, y su función consiste mayormente en continuar por la senda de ‘Together We Rise’ con una dosis un poco mayor de gracilidad y, de algún modo, un aura extrovertida de esperanza

Ante todo, “The Gathering” es una gran obra jazz-progresiva que reafirma por enésima vez el lugar tan decisivo que MARK WINGFIELD ocupa dentro de esta área creativa en el nuevo milenio. Totalmente recomendable para cualquier buena fonoteca que reserve espacios para la inspirada vanguardia en el rock y el jazz de nuestros tiempos.
 
 
Muestras de “The Gathering”.-
Stormlight: https://markwingfield-moonjune.bandcamp.com/track/stormlight
A Fleeting Glance: 
https://www.youtube.com/watch?v=jS7SsJxO1Sw

Friday, March 29, 2024

ABSTRACT CONCRETE: una ilustre novedad en la avanzada británica de hoy en día


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy presentamos a un ensamble británico de música rockera experimental llamado ABSTRACT CONCRETE, so pretexto de la publicación de su homónimo álbum de debut que tuvo lugar el 17 de noviembre del pasado año 2023. La publicación fue por vía independiente y tanto la dirección como la producción de las sesiones de grabación corrieron a cuenta del colectivo. Pues bien, la ilustre membrecía de ABSTRACT CONCRETE consta de Charles Hayward [batería y canto], Agathe Max [viola], Roberto Sassi [guitarra], Yoni Silver [teclados] y Otto Willberg [bajo y contrabajo]. El nombre del maestro Hayward se destaca por su amplia veteranía en la avanzada británica durante varias décadas como integrante de QUIET SUN, THIS HEAT, GONG, MASSACRE, UNEVEN ELEVEN, etc., además de contar con una amplia discografía solista. Clar oestá, las dos primeras de estas bandas mencionadas son aquellas con las que más habitualmente se le conecta. Centrándonos en ABSTRACT CONCRETE, su propuesta musical se centra en un híbrido de avant-prog, avant-jazz, fusión contemporánea, acid folk y exploraciones psicodélicas, siendo así que el disco homónimo que ahora comentamos tuvo una gran acogida en los medios de difusión de música experimental. Muchas de las composiciones contenidas en 
“Abstract Concrete” son del propio Hayward, pero hay algunos temas cuya creación comparte con sus cuatro compañeros de banda.  Este disco fue producido por Hayward y Frank Byng, habiéndose realizado las sesiones de grabación en Lewisham Arthouse y Snorkel Studio; Byng y Nathan Graywater fueron los ingenieros de sonido. La ulterior labor de masterización estuvo a cargo de Nick Watson en el estudio Fluid Mastering. Veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “Abstract Concrete”. 

 
‘Almost Touch’ ocupa los siete primeros minutos del disco y lo hace con una elegante y altiva elegancia, siendo así que en ella conviven fluidamente las ceremoniosas líneas de violín y el arquitectónico entramado rítmico. Los demás instrumentos se van acomodando al groove general mientras organizan sus propias interacciones, logrando, a fin de cuentas, que la atmósfera se torne momentáneamente densa sobre la frontera del segundo minuto. Con todo esto se estructura la palaciega vitalidad de la canción, la cual concluye con un epílogo marcado por cadencias imponentemente neuróticas (un tanto al estilo de los KING CRIMSON de los 80). Gran inicio de álbum al que le sigue ‘This Echo’, canción enfocada en una ambientación un poco más serena a despecho de que el canto de Hayward siga plasmando una espiritualidad inquieta. Tenemos aquí un ejercicio de jazz-prog mezclado con el así llamado chamber pop, a lo cual se añaden algunas vibraciones psicodélicas. ‘Sad Bogbrush’ se enfila hacia el jazz de salón con vértices tropicales para permitir al ensamble explorar su faceta más introspectiva. La estilización reinante es manejada con impoluta delicadeza, algo que permite el realce de la belleza inherente al grácil núcleo melódico, y es por eso mismo que la abrupta turbulencia disonante del epílogo nos toma por sorpresa. Un final rupturista que, de alguna manera, anuncia la sofisticación extrovertida y fulgurosa de ‘Ventriloquist/Dummy’, la siguiente canción del repertorio. Aquí tenemos un ejercicio de agilidad progresiva sobre un compás inusual que se sitúa cómodamente en una cruza entre el jazz-rock y el avant-prog sin llegar a ser drásticamente chocante. Un momento de calma ceremoniosa irrumpe en el ecuador de la canción para gestar un nuevo recurso de luminosidad sobre el cual se habrá de asentar la retoma del motif inicial; tras un rato, se impulsa una breve coda fastuosa. Un cénit del álbum, como también lo es ‘The Day The Earth Stood Still’, el tema más extenso del repertorio con sus casi 15 minutos de duración. 

‘The Day The Earth Stood Still’ contiene tres secciones respectivamente tituladas ‘Happy Village’, ‘Slowly Slowly Slowly’ y ‘Fast Forward/Freeze Frame’. Todo comienza con una solemne atmósfera que nos remite al paradigma de Robert Wyatt a través del filtro de la faceta experimental de un Kevin Ayers; el carácter evocador del canto de Hayward resuena como algo tenso en medio de la solemnidad. Le sigue un jam instrumental a medio tiempo que fluye a través de su compás inusual con el manejo de un motif repetitivo de inspiración oriental; se fue la melancolía para dar paso a una extraña ensoñación. Un tercer momento regresa a la solemnidad inicial con una incrementada dosis de inescrutable misterio. Mientras algunas capas de guitarra y violín van trazando el paisaje del cielo, los aleatorios ornamentos de la batería y el teclado preparan paulatinamente el camino para la instalación de un compás bien definido. Una vez que éste se instala, construye el camino hacia su propia deconstrucción en una serie de grooves líquidos. Se cocina algo grisáceamente épico para el electrizante epílogo. Durando poco menos de 8 minutos, ‘Tomorrow’s World’ se encarga de cerrar el álbum y lo hace con una soltura bastante llamativa. Como si se tratase de una cruza entre 801 y BE-BOP DELUXE, el grupo trabaja con un gancho melódico y le da una vitalidad persistente mientras añade algunos ornamentos razonablemente sofisticados; una mención especial para el demoledor solo de violín que precede a la última parte cantada. Todo esto fue “Abstract Concrete”, un testimonio fidedigno y rotundo de la magia creativa que surge de la unión de las cinco mentes creativas que operan dentro de ABSTRACT CONCRETE. En sus pocos menos de 45 minutos de duración, este disco de tan distinguido quinteto nos ha brindado un catálogo de música inventiva que se recomienda fehacientemente en cualquier buena fonoteca dedicada a la vanguardia ecléctica de hoy en día. 

Wednesday, March 27, 2024

Segundo impacto de TITAN TO TACHYONS

 



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Llega un poco tarde – o bastante – esta reseña, pero al final llega: se trata de nuestra apreciación de “Vonals”, segundo disco del colectivo de música avant-metal-progresiva TITAN TO TACHYONS que es liderado por la virtuosa guitarrista de origen neozelandés Sally Gates y que se completa con otros genios, a la sazón, Trevor Dunn [bajo], Matt Hollenberg [bajo de 6 cuerdas] y Kenny Grohowski [batería]. Nombres vinculados a JOHN ZORN, MR. BUNGLE, FANTÔMAS, AHLECHAUTISTAS, BRAND X, PAKT, SECRET CHIEFS 3, TOMAHWAK, etc. El disco en cuestión se publicó en setiembre del año 2022 por vía del sello Tzadik. Gates fungió de productora para este disco que se registró entre el 27 y el 30 de junio, siendo mezclado entre el 4 y el 8 de julio de ese año 2022, en The Thousand Caves (Queens, Nueva York). TITAN TO TACHYONS inició sus días como un trío y llevó a cabo un impresionante debut con el disco “Cactides” del año 2020, una exhibición de música vitalista donde se exploraba creativamente las confluencias entre el metal experimental y el jazz-rock contemporáneo posmoderno, algo que se intensifica en su eclecticismo ahora que este segundo disco es gestado por un cuarteto. Veamos ahora los detalles del repertorio de “Vonals”.
 

Durando poco más de 8 ½ minutos, ‘Neutron Wrangler’ abre el álbum con una metralla rockera que impone su presencia desde el punto de partida con un talante traviesamente surrealista, casi como si se fusionaran los paradigmas de DON CABALLERO (dos primeros álbumes) y CYNIC (primer álbum) bajo la guía de FRANK ZAPPA. La ingeniería enrevesada que se va mostrando abre espacios para que los músicos refuercen continuamente la amalgama de sus muy complejas interacciones, habiendo algunos momentos estratégicos en los que la primera guitarra y la batería operan como columnas multiformes del ensamble íntegro. Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto, el ambiente se apacigua para armar un clima jazz-rockero envuelto en una ambientación misteriosa, incluso rayana con lo lóbrego, antes de volver al motif inicial para la coda. Siendo un poco más extenso y retomando el aura de sofisticado vigor de la pieza de apertura, ‘Vacuum Symmetry’ emerge con una actitud más versátil, iniciando su trayecto particular con un meticuloso swing donde impera una serenidad capaz de esconder tras su manto flemático algunas llamas inquietantes que amenazan con inundar los espacios en cualquier momento. Mientras tanto, el cuarteto trabaja con un lirismo afincado en el discurso del jazz-fusion con notorios matices contemporáneos. Mientras avanzan los minutos, el factor metalero se va imponiendo y el asunto ya pasa a ser jazz-metal en sentido químicamente puro. Los giros modales de la primera guitarra son explorados con una energía bastante incendiaria mientras se gesta un crescendo electrizante en el ecuador de la pieza. La segunda mitad inicia un nuevo crescendo hacia otro motif altivamente metalero desde el cual habrá de emerger una ilación de esquemas melódicos que transita desde lo arábigo hacia lo Crimsoniano, y es aquí donde llega el cortante y efectivo final. Un cénit decisivo del repertorio. ‘Critical Paranoia’ comienza con una fanfarria dadaístamente pesada antes de centrarse en un luminoso motif jazz-rockero con matices Crimsonianos, el cual no tarda mucho en ceder el paso a unos efluvios aguerridos estructurados dentro de un croquis muy refinado. Otra excursión jazz-rockera, esta vez con una tendencia más libre, libera la tensión precedente dentro de una agilidad llamativa, algo muy idóneo para abrir sendas a la última serie de exquisitas extravagancias avant-metaleras.


‘Wax Hypnotic’ es la pieza más extensa del álbum con su espacio de casi 9 ¾ minutos. Su prólogo ostenta una neblina tenebrosa casi minimalista al estilo de UNIVERS ZÉRO, abriendo de a pocos la puerta a la emergencia de un encuadre sónico urgente y denso que nos suena a una cruza entre el patrón de PRESENT y el estándar del noise rock. Una vez que el ensamble encuentra su nuevo foco de interacción, emerge una cadencia parsimoniosa sobre la que los instrumentos de cuerda se asocian en el armazón de una niebla amenazante por varios minutos. Es todo un exorcismo metafísico que, al concluir, abre paso a un ejercicio de jazz-rock donde el estoico pero vibrante esquema rítmico sostiene diversos niveles de fuerza expresiva de parte de la primera guitarra; ésta transita de Rypdal a Holdsworth y de allí a Page con una soltura contundente, la misma que evoca una explosión volcánica en sus últimas instancias. Otro momento culminante del álbum. 
‘Close The Valve & Wait’ es una miniatura que no llega a completar un espacio de 2 minutos y su función es la de exhibir unos efluvios abstractos cuyos iniciales traqueteos destilan un espíritu futurista antes de que todo vire hacia una especie de minimalismo cósmico. A partir de allí surge ‘Blue Thought Particles’, el tema encargado de cerrar el repertorio, y lo hace comenzando con frontales síncopas aguerridas cuya furia inherente se expresa con señorial fulgor. Sucesivos pasajes se adentran en las arenas del jazz-rock de talante contemplativo, el prog-metal más refinado y el paradigma prog-psicodélico que resuena como un Crimsonismo apuntalado por enclaves space-rockeros. El solo de guitarra que emerge poco antes de la frontera del cuarto minuto y medio merece una mención especial por su manera de exorcizar el legado de Holdsworth; otro solo posterior suena a un Frith metalizado. El fragor que inunda a la sección epilogar puntualiza algunos fraseos como si quisiera vaticinar alguna hecatombe en el horizonte próximo. “Vonals” es, ante todo, una experiencia peculiar donde el ideal del rock vanguardista muestra sus fauces más fatales y sus recovecos de diversidad más desafiantes. TITAN TO TACHYONS es una entidad musical que sabe avanzar a paso firme a lo largo de la senda estética que ha decidido seguir. ¡¡Totalmente recomendable este disco!!
 
 
Muestras de “Vonals”.-
Vacuum Symmetry: https://www.youtube.com/watch?v=DKisWB0lXtc
Blue Thought Particles: https://www.youtube.com/watch?v=k4K51yQclQQ

Sunday, March 24, 2024

SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM: un canto a los últimos hombres en clave de rock vanguardista progresivo


 
 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Desde el 23 de febrero pasado tenemos una gran novedad dentro de la vanguardia rockera estadounidense: el retorno de SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM con el álbum “Of The Last Human Being”, el mismo que fue publicado por el sello Avant Night (un nuevo sello que se asocia con Joyful Noise Recordings). 
La publicación de este nuevo trabajo se hizo en CD y en doble vinilo (de color dorado, gris difuminado y rosado). El colectivo conformado por Nils Frykdahl [guitarras, flauta, campanas, efectos, voz y coros], Carla Kihlstedt [violín, viola, violinofón, guitarra-percusión, voz y coros], Michael Mellender “Iago” [guitarras, xilófono, trompeta, eufonio, percusión, voz y coros], Dan Rathbun [bajo, dulcémele, trombón, vibráfono, xilófono, glockenspiel, voz y coros] y Matthias Bossi [batería, glockenspiel, xilófono, piano de juguete y coros] vuelve a lucir sus galones de creatividad experimental desde su residencia californiana. El estilo de la banda simultáneamente se enraíza en el avant-metal mientras se aleja de esa área en nombre del chamber-rock, el brutal prog y la experimentación ecléctica, volviendo a hacerse presente tras un largo hiato desde el periodo de los años 2010 y 2011, que fue cuando justamente se iniciaron las sesiones de grabación del nuevo material. Para ser más exactos, este disco se inició en el estudio Polymorph de Oakland, California, añadiéndose ideas y más temas en años subsiguientes, tanto en el mencionado estudio como en los estudios domésticos de otros integrantes. Incluso hay un tema que data del año 2004 y que tuvo su publicación original en un single. Sólo dos de las trece piezas contenidas en “Of The Last Human Being” fueron gestadas y grabadas en el año 2023. Parece mentira que hayan pasado 17 años desde “In Glorious Times”, ese tercer trabajo de estudio que se había erigido como la obra maestra de SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM. De todas maneras, los integrantes de la banda se mantuvieron ocupados en varios proyectos, siendo uno de ellos FREE SALAMANDER EXHIBIT, el cual contenía precisamente a 3/5 de la actual alineación de SGM. A propósito, en el disco nuevo aparecen ocasionalmente el percusionista Moe! Staiano, el bajista Thor Harris y la vocalista Shinichi Momo Iova-Koga haciendo sus aportes invitados; también, hay una muestra de campaneos de una iglesia ortodoxa ucraniana provista por Anya Aslanova y Nick Ohler. El centro conceptual de Of The Last Human Being” es la noción de que el apocalipsis del Antropoceno ya ha empezado y nuestros tiempos son sólo parte de los muchos instantes que tienen que pasar antes de que aquél se complete. Bueno, veamos ahora los detalles de su repertorio.
 

Los primeros 6 ½ minutos del disco están ocupados por ‘Salamander In Two Worlds’, una canción evocadora envuelta en un clima etéreo cuyo lirismo inherente se siente un tanto perturbador. El canto es suave y amenazante a la vez, mientras los arreglos de vientos y percusión delinean y desarrollan una atmósfera sutilmente inquietante, la cual pasa a ser crepuscularmente fastuosa poco antes de que la canción llegue a su ecuador. Es aquí que el grupo ya pone sobre la mesa sus habituales cartas de tensión rockera, siendo así que en el último tercio ya se expande íntegramente la parafernalia apocalíptica con un ímpetu oscurantista. ‘Fanfare For The Last Human Being’ es una miniatura de corte circense que oscila entre lo surrealista y lo naïf, sin dejar de hacer sentir al oyente que hay algo perturbador tras las bambalinas del ensamble actuante. ‘El Evil’ se enfila directamente hacia la garra rockera con un señorío denso que se mueve muy fluidamente a través de las complejas cadencias armadas por la dupla rítmica. Hay algo de agilidad celebratoria en medio del sistemático desasosiego que inunda a los diversos ornamentos musicales en curso. Puede parecer un maremágnum para el despistado, pero no, lo que opera aquí es una arquitectura retorcida y sinuosa que se apoya en sus propias tinieblas para buscar su impulso expresivo. Su finl se engarza con otra miniatura titulada ‘’Bells For Kith And Kin’, la cual muestra una serie de campaneos que oscila entre lo mortuorio y lo mágico. Éste es el puente que nos lleva a ‘Silverfish’, una pieza firmemente asentada sobre un enclave ceremonioso que, de a pocos, va soltando algunos recursos de corte acid-folk para apuntalar la tensión emocional que el canto de Carla refleja muy bien a lo largo de la canción. Tras la furia explícita y volcánica de ‘El Evil’, el sórdido embrujo de ‘Silverfish’ (acentuado por algunos cánticos rituales) funciona muy bien como un contraste de extraño e inescrutable ensueño. ‘S.P.Q.R.’ exhibe un regreso pleno al frenesí rockero y lo hace jugando con un swing impetuoso y unos cánticos implacablemente asertivos. Neurosis y trepidaciones airadas fusionadas en una única fuerza expresiva. Sus 4 minutos y pico pasan como volando. ‘We Must Know More’ exuda aires de sátira Felliniana con elementos extra del estándar teatral Zappiano; la gente de SGM se mete en la fuente de autocomplacencia de la música de cabaret y ejerce su deconstrucción desde su seno.

‘The Gift’ exhibe otra sofisticada andanada de efluvios rockeros progresivamente electrizantes, esta vez con una dosis de neurosis más intensa que en 
‘S.P.Q.R.’, creando así un vínculo directo con esa distinción tanática y afilada que el grupo dominó en sus discos segundo y tercero. Los arreglos multivalentes de la secuencia multitemática es un excelente recurso de excelso señorío, siendo así que el ensamble va cimentando a paso firme los marcados recovecos con los que se topa el oyente. ‘Hush, Hush’ es el novena pieza del album y la más extensa del mismo con su espacio de 7 ¾ minutos. Hay una dominante densidad parsimoniosa que se impulsa sobre una cruza de nu-jazz y ambient con ribetes étnicos, se desdobla en el etéreo bloque instrumental y el trágico tenor del canto femenino. Unos breves interludios inquietantes añaden un cariz de fatalidad al asunto. En general, estos suena como una cruza entre la BJÖRK de 1997-2001, la KATE BUSH de 1985-89 y BENT KNEE. ‘Save It!’ es como una resurrección simultánea de SLAPP HAPPY y FAUST dentro de un enclave industrial, así de vivaracho: una manifestación de travieso fulgor en oposición al ominoso crepúsculo que se expandió a lo largo de las dos canciones precedentes. ‘Burn Into Light’ recupera parte de la filuda y aguerrida suntuosidad de las canciones #3 y #8, haciendo gala de riffs urgentes, complejos juegos de síncopas y lujosas líneas de violín, pero esta vez hay un nervio un poco más contenido, como si la furia cediera un poco de espacio a las sugerencias del pensamiento crítico y la reflexión desilusionada. Hay algo de fúnebre en los incendiarios sonidos instrumentales y vocales del epílogo, los cuales se van hundiendo mientras unos hermosos acordes minimalistas de guitarra acústica salen al frente. ‘Old Grey Heron’ es otro tema de generosa duración, esta vez, de casi 7 ½ minutos. Su estructura compositiva se centra en unos repetitivos arpegios que, en la mayor parte del tiempo, marcan el groove; la batería se ocupa de gestar ornamentos percusivos hasta poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto, que es cuando ya arma un swing bien perfilado. El tenor general de la canción es burlón, pero ya no como una sátira abierta, sino como un chiste elaborado de un bufón que nos quiere anunciar algo realmente serio en medio de su extravagante parafernalia. ‘Rose-Colored Song’ trae consigo el cierre del álbum y lo hace estableciendo una gama de múltiples grises dentro de una atmósfera sórdidamente refinada, como un híbrido de UNIVERS ZÉRO, SHUB-NIGGURATH y ART BEARS. Sin recurrir a ningún registro chocante, el clima de terror está muy bien armado, incluyendo la extensa monotonía baja con que termina la pieza.


Todo esto fue lo que se nos brindó en “Of The Last Human Being” desde los cuarteles de unos SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM que por fin han salido de un periodo de hibernación e interminables conatos para concretar otro ejemplo de su grandeza musical. El colectivo que en su tiempo era todo un referente de las nuevas agitaciones del rock progresivo vanguardista vuelve a lucir sus galones con las mismas dosis de creatividad y versatilidad de siempre, utilizando con una nueva frescura esa maquinaria ecléctica y oscurantista que les dio un muy merecido renombre. Renombre que ha reactivado instantáneamente en este año 2024.

 
Muestras de “Of The Last Human Being”.-
Salamander In Two Worlds: https://sleepytimegorillamuseum1.bandcamp.com/track/salamander-in-two-worlds
Hush, Hush: https://www.youtube.com/watch?v=Dpmf2DNVhy4